Andria - La Dispute



Andria

Aun te cruzas por mi mente de vez en cuando. Y por lo general sonrío.
Aun empeñando en descubrir qué salió mal y por qué
Así que retrocedo a cada uno de nuestros pasos con un lápiz inseguro,
tratando de entender qué piensa mi cabeza,
pero mi cabeza ya no es lo que solía ser.
Y nuevamente ¿de qué sirve?
Te recuerdo subiendo todas las escaleras hacia el balcón
para ver si podías verme - escondida silenciosamente.
Y recuerdo la piel de tus dedos,
el lunar tres cuartos arriba que siempre tocaba cuando me quedaba sin más que decir.
Tomaste mi mano, pero estabas muy asustada como para hablar y yo nunca pude entenderlo.
Recuerdo cuando te inclinaste rápidamente para besarme, y puedo jurar,
que ninguna de las fuerzas de la tierra podrían haber parado el temblor de mi mano
Y recuerdo cómo sonreías entre el humo
en un café lleno y riéndote de todas mis bromas.
Y recuerdo la forma en que vestías y
cómo desperdiciamos lo mejor de nosotros en alcohol y sudor
Y recuerdo cuando supe que te irías, cómo apenas seguí respirando
y apuesto a que si tuviera que hacerlo todo de nuevo, sentiría el mismo dolor
Recuerdo recorrer círculos envuelto en pánico y lágrimas en el terminal.
Cómo lloré a dios en intervalos. Desde entonces es que odio los aeropuertos.
Debe ser verdad lo que dice la gente, de que sólo el tiempo puede sanar el dolor.
Y cada día lo siento desvanecerse, pero -
sigo recordando cómo la distancia nos engañó,
y nos guió inútilmente de la muñeca hasta una fosa para ser devorados.
Sigo recordando cuán fuerte nos aferramos a esto,
a pesar de que nunca nos hayamos decidido por una salida.
Recuerdo aún el silencio y cómo siempre hallábamos la manera
de darnos vuelta y correr hacia nuestro errores.
Aun recuerdo cómo todo volvió a unirse tan sólo para desmoronarse una vez más.
Querida, oigo tu voz en la mía.
He estado solo aquí. He tenido miedo, querida.
He estado aquí en casa. Tú has estado lejos por años. Yo he estado solo.
Respiré tu nombre en el aire; grabé tu nombre en mí.
Sentí mi rabia incrementarse; nadé en su mar.
Contuve tu nombre dentro de mi corazón; pero fue sepultado en mi temor.
Rasgó el cableado de mi cerebro; intenté lo más que pude mantenerlo despejado.
Así que, cariño, no importa cuánto nos separemos, te mantengo dulcemente en mi cabeza.
Y si no extrañara una parte de ti, una parte de mi estaría muerta.
Si no puedo amarte como un amante, te amaré como un amigo.
Y pondré una cama ante ti; te mantendré a salvo hasta el final.

Comentarios